sábado, 29 de enero de 2011

A Divinis.

Capítulo I. "El principio del fin"

Cuando nos quisimos dar cuenta del problema ya era demasiado tarde, las luces se habían apagado, los ruidos se estaban escondiendo en las sombras, la noche avanzaba como una inmensa mole de problemas y malos rollos, y no pudimos hacer nada.
Alguien dijo una vez que cada uno tendría que saber cual es su momento de gloria, que cada cual debería entender el porque de su existencia, la razón por la cual había sido llamado a este mundo de locos y, yo, aquí hundido en lo más hondo de mis recónditos pensamientos, no había llegado a tiempo para saber cual era mi momento, mi razón.
Ana lloraba desesperada por que no entendía lo sucedido, su larga melena le caía en cascadas doradas hasta los carrillos del trasero, sus bonitas piernas, tostadas al sol del verano, yacían acurrucadas en forma de obillo. Sus manos pulcras, tapaban su hermosa cara de ángel de la guarda, entre sus dedos se dejaban caer las lágrimas de la desesperación, en su respiración entrecortada se oían escapar los suspiros y la rabia contenidos pero no entendidos.
Todavía teníamos miedo, todavía nos sentíamos engañados, nos sentíamos bastante cabreados por los acontecimientos acaecidos en los últimos dias del veraneo, por sus causas, por sus consecuencias, por todo lo que rodeo aquello a lo que nos habíamos acostumbrado, a todo de lo que nos enamoramos sin darnos cuenta, de todo.
El fuego desprendía todo su calor a nuestro alrededor, las luces de los coches patrulla, de las ambulancias y de los camiones de los bomberos, llenaban toda la zona de un colorido similar al producido por los focos de una discoteca. La gente corría como posesos haciéndose preguntas, contestándose cosas que no entendían y asintiendo sucesos impensables. Y en medio de todo esa mezcla de colores, sabores,
Olores y desafortunadas consecuencias se encontraba Ello.
Nadie supo,sabe y sabrá que o quien fue aquello que nos aterrorizó,que nos tuvo todo el verano sumidos en pensamientos inimaginables,en sufrimentos irrecomendables,en añoranzas no deseables y al final ninguno de los cuatro supimos quien ganó a quien,si nosotros a Ello con nuestros sufrimientos y engañando a nuestros sentimientos,ó eso a nosotros dejándonos totalmente sumidos en la miseria,aún sabiendo que lo habíamos expulsado de este mundo.
Todos los pensamientos lucidos se habían borrado de nuestra mente,todos los sentimientos buscados durante años,se habían evaporado de nuestro corazón,todas las alegrías de la vida habían se vuelto tristezas.Todo,absolutamente todo,se había quedado en nada,en cero,en un vacio tremendo,en un sin nada que hacer o que decir,se puede decir que nos había dejado borrados del mapa.
Había ganado,pero nos resistiamos a creerlo.
Alberto permanecía inmóvil al lado de Ana,tenía la mirada perdida en el espacio,tenía el pensamiento absorto,estaba en blanco.En su fuero interior luchaba para no darse por derrotado,por no dejarse vencer.Pero su cabeza le negaba la razón y su corazón le prohibía la esperanza."¿Por qué?",solo Ello lo sabía,la respuesta estaba en lo más hondo de la oscuridad,en lo más profundo de la mentira.
Alberto consolaba sin consuelo a su pensamiento,deseaba en lo más abierto,de lo que le quedaba de su ser,que todo fuera un sueño,una pesadilla ó una broma de mal gusto,pero sabía que no podía tener respuesta.
Mabel deambulaba como una sonámbula por los alrededores del banco en donde nos hallábamos los cuatro,era la que peor lo había recibido.Estaba pálida,apenas sudaba,le temblaba el pulso y lucía un bello corporal totalmente erizado.Estaba asustada,atemorizada,total y absolutamente derrotada,como un perro al que acaban
De dar una paliza,como a un niño al que acaban de asestar un buen broncazo por algo que el no sabía que estaba mal,como todos los que acaban de denegar un sueño por el que llevaban mucho tiempo sufriendo.
En medio de todo el desastre que reinaba en el enorme parque,alguien grito:
-¡Quien coño sabe lo que a ocurrido en este maldito parque!,¡que me lo expliquen joder!.
Y,sin saber que esa era la pregunta que llevábamos haciendonos nosotros durante más de dos horas,otro alguien contestó:
-Esos cuatro chabales son los causantes,interrogarlos
Los ruidos se quedaron mudos,las luces se quedaron a oscuras,las voces parecieron alejarse de nuestros oidos,el tiempo daba la sensación de pararse y
la muchedumbre se detuvo en seco a observar la reacción de los cuatro espectros que permanecían impasibles,inmóviles,innertes y ausentes.
El mundo se detuvo,se paró en seco como una cinta de video al parar el reproductor,los segundos parecieron eternas horas,los minutos tenían la pinta de ser dias eternos, los movimientos de la gente se volvieron torpes,lentos,como si estuvieran en una inmensa piscina,las palabras se hicieron ininteligibles para nosotros,eramos cuatro cuerpos sin vida,sin movimiento,sin nada de nada.
_¿Estaías sordos?,solo os lo preguntaré una vez más.¿Qué demonios ha pasado esta noche aquí?.
Parecía que acaba de salir de un trance,que me despertaba de un sueño que había durado tres o cuatro noches,como si hubieran desenchufado mis baterías durante dos dias y después la hubieran vuelto a enchufar y la corriente hubiese llegado a mi cerebro poco a poco.Me estaba,por así decirlo,despertando.
-Teneis dos segundos para empezar a hablar,u os llevaré a comisaria.
Aquel hombre parecía realmente cabreado.Media,al menos, dos metros y debía de pesar,aproximadamente,noventa y cinco kilos.Era muy moreno,lucía una barba de dos días y fumaba unos cigarrillos de marca extranjera.Llevaba unos baqueros algo viejos y una camisa de cuadros,a medio abrochar,por fuera de los pantalones.
Exactamente no se lo que dije,pero debió ser algo muy feo,o muy gordo o muy poco entendible,por que el hombre se volvió a enfadar,y gritó:
-¡¡Llevároslos ahora mismo a la comisaria!!
Nadie,de los cuatro que estabamos sentados en el banco, oimos las palabras de aquel tipo tan enfadado.Ninguno reaccionamos cuando los seis agentes nos esposaron,ni cuando nos arrastraron al fondo del furgón,ni cuando nos conducían por las calles de la ciudad,ni cuando nos amenazaron con encerrarnos en prisión,
ni cuando nos obligaron a entrar en las oscuras celdas,ni cuando nos dejaron allí encerrados.
Solo se oían las palabras de las dos cucarachas que rondaban las esquinas de la celda,los susurros de las tres moscas que volaban alrededor de la pantalla de tubos fluorescentes y las respiraciones,entrecortadas de los dos borrachos que dormían en sus camastros.Y,mientras tanto,nosotros ni nos mirábamos.Parecíamos desconocidos,como si nos hubieran traído por separado. Como si cada uno de nosotros hubiera hecho algo malo por separado,ya no eramos los mismos.No eramos nosotros.
Me tumbé en la cama,mirando el derruido techo,observando cada una de esas mugrosas linesas que recorrían el asqueroso lugar donde estaba,pensando una y otra vez en todo lo ocurrido,en cada cosa,en cada palabra,en cada movimiento,en cada sonido,y poco a poco me iba adormeciendo.Se me nublaba la vista,se me perdía el pensamiento,se me agotaban las sensaciones,y ,cuando me quise dar cuenta,estaba soñando.
Cuando las sensaciones son robadas,cuando las imágenes son borradas,cuando los sentimientos son pactados y,cuando todas y cada una de las cosas por las que has luchado y vivido toda tu vida se pierden,no te queda nada,te quedas vacío y quieres abandonar este mundo inmundo que no sabe de problemas ajenos.Este mundo es como un niño caprichoso de dos años que solo mira por el,todo lo quiere para él,y si no se lo dan llorará,pataleará,chillará y destrozará hasta que lo consiga,y si no lo consigue vuelve a empezar con otra artimaña.
Una y otra vez volvía mi mente a cada minuto de lo ocurrido en ese parque,a cada sensación producida,pero olvidada al instante por razones ocultas,por cosas y momentos ocultos,por causas injustificadas e inexplicables.Por todo ello,y por cada cosa que no podía tener un razonamiento en mi cansada mente,en mi deteriorada sensatez,en mi pisoteda personalidad.
En ese instante,en el cual todo parecía haber sido producto de una mala borrachera,me quedé dormido.
Quien sabe si cuando me despierte seguiré siendo yo,ó un producto de los malos rollos,de los malos entes.Quien sabe si cuando despertemos los cuatro seguiremos siendo amigos,ó solo un producto de nuestra adulterada mente,de nuestra dañada vida.

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