El siervo recorrió los oscuros pasillos del castillo en dirección a los aposentos del señor que, en aquellos difíciles momentos, yacía enfermo en su lecho. Iba murmurando plegarias, con las manos entrelazadas y sudando por todos los poros de su cuerpo. Un guardia le salió al paso pero se apartó al instante de reconocerlo, algo en la mirada del siervo hizo que el guardía se pusiera tenso.
El eco interminable de sus pasos resonaba hasta el infinito en aquel escandaloso silencio, llevando su estado nervioso a un punto peligroso de colapso total. Aquello no era bueno, nada bueno.
Cuando llegó al umbral de la habitación de su señor iba casi corriendo, el sudor le confería un aspecto de recién salido del baño y se dió unos segundos de pausa para recuperar la compostura.
Con dos golpes de nudillo sobre la puerta anunció su presencia y desde dentro una voz enerbada y débil lo instó a entrar. La veintena de pasos que separaban la puerta del lecho se le hicieron eternos al siervo que, con la mirada puesta en su señor, rezaba para sus adentros y rogaba para que aquel maligno cometido acabase pronto.
-Mi señor..
-Dime WIlfred, ¿qué deseas de mi?.
-Mi señor tengo que informaros de algo horrible que esta ocurriendo en una de sus pequeñas villas, en Nightville para ser exactos.
-¿Y qué es lo que está pasando allí,,Wilfred?.
-Hasta mi han llegado informes de un personaje oscuro llegado del otro lado de las montañas que dice ser curandero, aunque escuchando los relatos de las cosas que hace más bien parece un brujo. Dicen que con palabras imposibles y con medicinas desconocidas está curando a la gente del pueblo y estos le pagan con parte del arrendamiento que pertenece a su señoría.
-¿Sabes como se llama?.
-Se hace llamar Shark el curandero, pero algunos dicen que es El Caballero Innmortal.
La palidez del rostro del señor se acrecentó de tal manera que, de no haber sido por el ritmo de sus pulmones, parecería muerto.
-¿El Caballero Inmortal aquí en mis tierras?.
- Lo sé señor, es un desastre. La últma aparición de este hombre trajo la desaparición de todos los feudos del norte, de sus gentes, ganados y pastos. Nunca se encontró a nadie, el rey hubo de repudiar aquellos lugares y su Santidad los declaró lugares malditos. ¿Qué vamos a hacer, señor?.
-Llama a mi Capitán, tenemos que poner a la guardia en marcha y acercarnos a aquel lugar para apresar a ese hombre antes de que sea demasiado tarde.
-Si señor en seguida.-Y salió presuroso por la puerta con algo de alivio en su circulación sanguínea.
Entrados en el siglo VI el pequeño pueblo de Nightville se lamentaba de la escasez de recursos que lo asolaba. Las cosechas eran insuficientes para alimentarlos a todos y encimar pagar los impuestos del señor. El ganado sucumbía a la debilidad de los pastos y los comerciantes venidos de otros lugares cada vez traían peor mercancía. El destino era oscuro y el futuro era la nada. Hasta aquella mañana de finales del invierno en que apareció Shark el curandero.
Vestido con ropas extrañas y calzado aún más raro, llegó a la plaza del pequeño pueblo siendo observado por todos. Los niños le señalaban soirprendidos y le seguían interesados, las mujeres le dirigían miradas desconfiadas y los hombres blandían sus aperos de labranza.
Se paró junto al abrevadero y, después de dejar en el suelo un fardo de tamaño medio, se despojó del pañuelo que cubría su rostro y se refrescó. Sonriente y tranquilo recorrió con la mirada todos los rincones que se veían desde allí y decidió lo que iba a decir.
-¡Bien halladas las gentes de esta pequeña villa!,-dijo.-,¡Me llamo Shark y soy curandero!,¡pero si lo preferís puedo comerciar con vosotros pues llevo conmigo medicinas de extraños lugares que jamás habrías soñado en conocer !. ¡Niños y niñas!,¡Hombres y mujeres!, ¡Todo lo que pidáis podrá seros dado!,¡TODO!.
-Señor,-dijo un niño rubio sucio de ropas raídas.-, ¿podrá concederme mejor vestimenta que la que en estos momentos tengo?.
-Por supuesto, pero¿qué podrás darme tú a cambio?.
-Solo tengo una manzana mordida y una piedra para defenderme.
-Quédate la manzana y dame la piedra, pues después de mi no te hará falta defenderte.
Metió la mano en el fardo, pronunció una oración en una lengua extraña y el mundo se paró. Detenido como si de una sala de museo de cera se tratase, las gentes quedaron paradas, el aire se detuvo y solo la respiración del mago se escuchó.
-No me gusta este pueblo.- Dijo una voz robotizada.- Presiento que algo ha cambiado o alguien se esta preparando para cazarte.
- Tranquilo amigo,- dijo el hombre.-, solo nos queda este pueblo y acabaremos nuestra investigación.
-Vale, pero no me gusta.
El hombre se movió rápidamente y vistió al niño con ropas de la época pero sin usar, le calzó y a cambio de la piedra le entregó un pequeño machete.
Cuando todo volvió a moverse, para la gente del pueblo había sido un acto de magia pues había ocurrido todo en segundos. El niño estaba vestido impecablemente, con su manzana y un cuchillo para defenderse. Aquello era prodigioso y todo el mundo quería recibir algo de la magia de aquel hombre. Todos menos el párroco.
Unos días más tarde, alertados por el párroco, la guardia personal del señor apareció en el centro del pueblo reclamando la presencia de aquel que se hacía llamar Shark el curandero. Nadie, ninguno de los habitantes dijo nada, hasta que en medio del silencio unos pasos arrastrados llenaron el ambiente de sorpresa.
-Yo soy Shark el curandero.
-En nombre del señor de estas tierras le arresto bajo la acusación de brujería y de robar los impuestos que estas gentes han de pagar a su señor.
El alboroto que se produjo a continuación sorprendió a los soldados ,ya que nunca las gentes del pueblo se habían levantado contra ellos y tuvieron que empuñar las espadas para calmar los ánimos.
-No hace falta violencia. Iré con gusto pues he de ver a vuestro señor.
El siervo sonreia nerviosamente y paseaba su mirada por cada rincón de la sala donde se celebraría la audiencia de aquel brujo que, sorprendentemente, permanecía tranquilo y complacido en medio de la sala. Dos golpes de bastón anunciaron la entrada del señor feudal en ella y el silencio fue aún más estruendoso.
-¿Quiém sois?.-Preguntó el señor.
-Soy Shark. Investigador en la corte de su Señoría Imperial Kernel, dueño y señor de todos los territorios conquistados hallá en el siglo XXXIII y, que por orden de él, busco la fuente de su mal en este lejano pasado.
Silencio.
-¿Mal?,¿qué mal?.
-Su enemigo. El gen del enemigo de Su Señoría Imperial procede de esta época de la vida, solo sabemos que era de un señor feudal de esta región, siempre envuelto en enfermedades que le conferían una actitud arisca y cruel para con sus siervos.
-¿Y qué pensais hacer cuando le encontréis?.
-Matarlo.
-Estáis muy seguro de eso,¿no?.
-Si.por que ya se hizo una vez.
Y antes de que nadie dijera nada, las palabras extrañas de Shark llenaron la sala y el mundo se volvió a parar.
-Mende, avisa a su señoría que hemos encontrado el antepasado de su enemigo.
-Enseguida, pero sigo diciendo que no me gusta.
Al cabo de unos instantes la voz fuerte de su Señoría inundó aquel vacio.
-¿Estás seguro de que es él?.
-Si señoría.
-Mátalo.
-¿Cuando volveré a mi hogar?.
-En cuanto hallas terminado tu trabajo.
-De acuerdo señoría.
Y el mundo volvió a moverse, pero ante el estupor y la sorpresa de todos en la sala, Shark tenía un extraño objeto en las manos y señalabba con él al señor.
-Señor, hemos encontrado el gen inicial en usted y no podemos permitir que viaje por el mundo y por los siglos hasta nuestro época. Debe morir.
Y un haz de luz salió del objeto fulminando al señor que desapareció por completo.
Esta vez la sorpresa se rompió con un grito de dolor y los soldados rodearon al brujo antes de que pudiera decir ninguna palabra, fue acribillado con las espadas y aniquilado en el mismo centro de la sala. No tubo tiempo de reaccionar....
-Mende, desconecta del aparato a Shark e incinéralo. Nadie debe saber jamás que hemos cambiado el pasado y con él el futuro.¿Entendido?.
-Si su señoría.
Y aquel gobernante salió de aquel laboratorio de algún lugar de los territorios conquistados hallá en el siglo XXXIII, mientras Mende, un humanoide diseñado para la investigación temporal desconectaba a Shark, otro humanoide, y lo metía en la cámara de incineración.
-Ya te dije que no me gustaba aquel lugar. Si me hubieras escuchado habrías pensado un momento y habrías detenido tu afán por encontrar ese gen. Debes saber que aquel que mataste en el siglo VI no era el antepasado maligno del enemigo de su señoría, si no un hijo bastardo que tuvo con una de las campesinas al que un brujo vistió y armó en medio del pueblo, ante la vista de todos y por medio de poderosos hechizos, ¿te suena?.
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